MARGIELA misterio resuelto

El diseñador belga más misterioso del planeta moda, Martin Margiela, del que no se conoce rostro y su etiqueta simplemente es un trozo de tela blanco, fundó su firma Maison Martin Margiela en 1988, en París. Su discurso fue radical. La paleta monocromática y los cortes desestructurados que conformaban un look enigmático supusieron un revulsivo en esos años de atrofia colorista y ropa evidente hasta la saciedad. Ahora, este diseñador oculto -y de culto- ha decidido mostrarse al mundo. En colaboración con la editorial Rizzoli (www.rizzoliusa.com) publicará en Estados Unidos, en octubre, un libro acompañado de 400 imágenes que documenta el trabajo de este taller. Los archivos personales de la singular casa son la principal fuente de información. Pero no han podido resistirse a dejar impreso su testimonio algunos de sus grandes colegas, como Jean Paul Gaultier o la inevitable Carine Roitfeld, editora del Vogue francesa. El diseño del libro, realizado exclusivamente por el protagonista, rebosa exquisitez: color plata, marcadores de cinta, varios tipos de papel y como cubierta una extraordinaria tela bordada. Su precio, 400 dólares (286 euros).EL PAIS

Buscando sobre sus últimos trabajos encontre este artículo, En el que describe a la perfección la esencia de la maison.

- No busca la fama y, por el contrario, huye de ella.

– No se vende, se esconde. – Sus desfiles no son a lo grande ni en sitios lujosos llenos de paparazzi. Son lugares de deshecho, de escombros, depósitos de ropa usada, andenes de Metro, o párkings fuera de uso. – No utiliza grandes modelos ni gente del Star System para mostrar sus obras. Posan sus amigas y gente que recoge por la calle. – En los últimos años decidió no hacer más desfiles y en su lugar crea vídeos en los que simplemente se muestra la ropa sin más aditivos que ella misma, nada de música ni caras conocidas ni grandes escenografías; la calle y su taller, nada más. – Jamás concede entrevistas en persona, tan solo contesta preguntas a través del fax, y en muy contadas ocasiones. – No Margiela se inspira en la propia ropa para crearla, desfigurarla, cuestionarla, dando a sus obras un acabado completamente vanguardista, en algunos casos excéntrico, pero siempre alucinante.

Y así contado puede resultar estrafalario e imponible, absurdo como muchas de las propuestas que se ven en la mayoría de las pasarelas, pero es aquí precisamente donde más sorprende Margiela, porque cada una de sus obras es perfectamente ponible, y además, sientan bien. Moda ni la sigue. Fabrica Arte con ella.